Comentario
La Haganá se había preparado y contaba con 35.000 hombres en armas. A ellos se unieron los 3.000 de la Irgun y medio centenar de Stern. La estrategia era aterrorizar a los árabes, matándolos indiscriminadamente por todo el territorio. La situación brindaba una magnífica oportunidad para poner en marcha la "pieza étnica" de la Tierra Prometida.
La Nochevieja de 1947, las bandas sionistas entraron en dos aldeas cerca de Haifa y masacraron a 60 hombres, mujeres y niños, en represalia por la muerte de 39 irgunistas a manos de los obreros de la refinería de Haifa. Las matanzas en las aldeas palestinas se sucedieron a diario y las escaramuzas acababan "en una masacre de árabes", según Uri Milstein, historiador militar israelí.
La peor ocurrió el 9 de abril: 130 hombres de la Irgun y de Stern, con apoyo de la Haganá, entraron en la aldea de Deir Yassin, cerca de Jerusalén. Algunos defensores dificultaron el avance de los sionistas, pero la mayoría de los hombres huyeron, suponiendo que ancianos, mujeres y niños estarían a salvo.
Familias enteras murieron sepultadas por los escombros de sus viviendas cuando las dinamitaron los terroristas. Los que salieron con las manos en alto fueron abatidos. Algunos supervivientes -mujeres, niños y ancianos-, fueron cargados en un camión, transportados a la parte judía de Jerusalén y exhibidos en un humillante "desfile de la victoria", antes de abandonarlos en la zona árabe. "Familias enteras fueron asesinadas y había pilas de muertos en varios sitios" -testimonió tres días después el comandante Levy del Shai, del servicio de inteligencia de la Haganá-. Algunos de los prisioneros, incluyendo mujeres y niños, fueron asesinados por sus captores. Los miembros del LHI (Stern) relataron que los de la Irgun violaron a algunas jóvenes árabes y luego las asesinaron".
Un mes después de la matanza de Deir Yassin, el 14 de mayo, se fundó el Estado de Israel. Los árabes invadieron la región con el propósito de terminar con el nuevo país. La actuación terrorista se multiplicó durante la consiguiente guerra. "En casi todas las aldeas árabes que ocupamos durante la Guerra de la Independencia -según el anterior director del Archivo del Ejército de Israel- se cometieron actos que están definidos como crímenes de guerra, tales como asesinatos, masacres y violaciones". Las matanzas se subrayaban con acción psicológica: camiones y jeeps con altavoces recorrían las aldeas arrasadas incitando a los supervivientes a huir mediante mensajes en árabe recitados con voces sepulcrales: "¡Salvad vuestras almas, oh creyentes, huid para salvar vuestras vidas!", y haciendo sonar ruidos aterradores de sirenas, gritos angustiados de mujeres árabes, llantos de niños... El historiador israelí Benny Morris ha demostrado que más de 400 aldeas fueron "limpiadas étnicamente" de esta manera o por medio de la imposición violenta.
El Consejo de Seguridad nombró al conde sueco Folke Bernadotte mediador especial para Palestina. El aristócrata tenía la autoridad moral de haber salvado a muchos judíos durante la Guerra Mundial. Llegó a Palestina en mayo de 1948 y, tras negociar varias treguas, propuso a la ONU una división del territorio más coherente que el aprobado en la partición del otoño anterior. El proyecto nunca fue estudiado: alguien lo filtró a los terroristas y el 17 de septiembre el mediador fue asesinado, presumiblemente por el grupo Stern. Fue la última acción de los terroristas de Shamir, que estaban aún activos, pese a que desde el comienzo de la guerra habían sido integrados en Tzahal, el ejército israelí. Ben Gurion aprovechó el asesinato para ilegalizar a Stern y detener a varios de sus dirigentes.
Shamir se escondió durante meses hasta que una amnistía disipó sus cuentas con la justicia. En 1955, el Gobierno lo reclutó para el Mossad, el servicio secreto israelí, donde alcanzó altos cargos hasta su retiro en 1965. Afiliado al partido Herut, en 1980 reemplazó a Moshe Dayan como ministro de Exteriores. Desde ese cargo participó en la decisión de invadir el Líbano, operación que incluyó la matanza de Sabra y Chatila.
En 1983, el antiguo terrorista coronó su carrera política alcanzando el cargo de primer ministro de Israel, sustituyendo a su colega terrorista Menahem Begin. Volvió a ocupar la jefatura del Gobierno entre 1986 y 1992.